Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) las cifras en Ecuador son alarmantes y ha definido a la obesidad y al sobrepeso como una “epidemia en marcha”.
A mediados del 2014, Ecuador sorprendió a todo el mundo al convertirse en el primer país de América Latina en adoptar el etiquetado tipo semáforo para alertar a los consumidores sobre la cantidad de grasas, azúcar y sal de diversos productos alimenticios.
El Semáforo Nutricional está teniendo un muy buen nivel de aceptación en el Ecuador.
Su implementación ya tiene un tiempo y cada vez más personas declaran que toman en cuenta los colores para decidir la compra de alimentos procesados.
Un indicador del efecto del Semáforo sobre los hábito de consumo se recoge en un reportaje del Diario El Comercio de Quito, que informa sobre la disminución de hasta un 35% de las ventas de productos altos en grasas, azúcar o sal, como es el caso de quesos maduros.
Por otro lado, también se señala en este artículo de prensa que los industriales más afectados están tomando medidas para disminuir de sus formulaciones las cantidades de grasa, azúcar y sal, pues ven afectadas sus ganancias.
Lo descrito, más que cualquier otra medición de comportamiento del mercado, demuestra el éxito de una medida que debería ser imitada por los países y exigida por los consumidores.
Entre las estrategias del Gobierno para prevenir estas enfermedades podemos mencionar las campañas de información sobre como adoptar hábitos alimenticios saludables, regular a los bares escolares e informar al consumidor de una forma más clara el contenido de los alimentos procesados.