Argentina: Una nueva inyección contra la obesidad actúa sobre los receptores del cerebro que controlan la saciedad.
Estudios internacionales sobre la eficacia y seguridad de liraglutida, un medicamento que ya se encuentra disponible en el país, demostraron que es capaz de reducir el peso entre un 5% y un 10% y ocasionar importantes beneficios para la salud en personas con sobrepeso y obesidad.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) autorizó la comercialización de una nueva droga para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso (asociado a comorbilidades), que ya se encuentra disponible en la Argentina.
Este nuevo medicamento, con nombre genérico liraglutida, se administra en forma inyectable mediante una lapicera prellenada y demostró beneficios significativos y sostenidos en la reducción del peso corporal y, por lo tanto, mejoras en los factores de riesgo cardiometabólico, al indicarse junto a una dieta sana reducida en calorías y un programa regular de actividad física.
Se trata de un análogo del GLP-1, una hormona que el organismo libera en el intestino después de comer. Actúa sobre los receptores del cerebro que controlan el apetito y la saciedad, lo que resulta en una menor ingesta de alimentos y la consecuente pérdida de peso.
Está indicada bajo supervisión médica para personas mayores de 18 años con un índice de masa corporal (IMC, coeficiente que surge de dividir el peso sobre la altura al cuadrado) mayor o igual a 30 (obesidad) o mayor o igual a 27 (sobrepeso), siempre que presenten alguna enfermedad relacionada con el exceso de peso, como prediabetes, diabetes mellitus tipo 2, presión arterial elevada, niveles anormales de grasas en sangre o problemas respiratorios durante el sueño denominados apnea obstructiva del sueño.
«Por primera vez en más de 20 años, se presenta en nuestro país una alternativa farmacológica nueva respaldada por numerosas investigaciones científicas que demostraron que, combinada con actividad física y dieta saludable, los participantes que recibieron la nueva droga obtuvieron una reducción de peso considerablemente superior respecto de quienes recibieron placebo y, lo que es todavía más importante, lograron mantener ese descenso en el tiempo», sostuvo el médico diplomado en Enfermedades Crónicas Alberto Cormillot, director de la carrera de Nutrición de la Universidad Isalud.
Por su parte, la médica especialista en Nutrición Mónica Katz, directora de posgrados en obesidad de la Universidad Favaloro, destacó que «la aparición de un fármaco para uso crónico es una herramienta fundamental para enfrentar la epidemia incontrolable de obesidad y sobrepeso. Sobre todo si tiene, como en el caso de liraglutida, un perfil de seguridad y eficacia importante».
Ambos especialistas coincidieron en la importancia de que la indicación de este medicamento siempre se dé en el marco del seguimiento a cargo de un médico especialista, que incluya además cambios en el estilo de vida: un plan de alimentación equilibrado y actividad física habitual a largo plazo.
La obesidad es una condición crónica que se asocia con el desarrollo en el tiempo de serias comorbilidades como hipertensión, diabetes tipo 2, trastornos en los lípidos, ciertos tipos de cáncer y una reducción de la expectativa de vida. Estos riesgos se incrementan en los casos de obesidad mórbida (IMC mayor de 35). Es una enfermedad compleja y multifactorial en la que confluyen factores genéticos, psicosociales, de comportamiento y psicológicos.
El aval de los estudios clínicos
La eficacia y seguridad de liraglutida fue evaluada en el programa de estudios clínicos SCALE (Saciedad y Adiposidad Clínica – Evidencia con Liraglutida en pacientes diabéticos y no diabéticos), que incluyó más de 5 mil pacientes con obesidad o con sobrepeso, que presentaban al menos una comorbilidad asociada al exceso peso. En este programa, liraglutida, asociada a un plan de alimentación y ejercicio, demostró ser superior al placebo (plan de alimentación y ejercicio solamente) en términos de pérdida de peso y mejoría de los factores de riesgo cardiometabólico.
Uno de los estudios de dicho programa, liderado por el doctor Pi-Sunyer y publicado en el New England Journal of Medicine, mostró que en pacientes no diabéticos con obesidad o con sobrepeso que presentaban al menos una comorbilidad asociada al exceso de peso, el 63,2% de los pacientes logró reducir más del 5% de su peso, el 33,1% bajó el 10% y 14,4% obtuvo una disminución superior al 15%, logrando mejorar su bienestar y calidad de vida.
Reducir el peso entre un 5% y un 10% demostró importantes beneficios para la salud, incluyendo disminución de los niveles de glucosa en sangre, de la presión arterial, de los valores de colesterol malo (LDL) y de los episodios de apnea del sueño.
En el estudio realizado por Pi- Sunyer también se evidenció que, en promedio, los pacientes redujeron su perímetro de cintura en 8,2 centímetros. El perímetro de cintura es un indicador antropométrico que señala específicamente riesgo cardiometabólico. El máximo recomendado es de 102 centímetros para los varones y 88 en las mujeres.
«Los protocolos de investigación detrás de liraglutida evidencian un muy buen perfil de eficacia y seguridad: muchas personas pierden más del 10% del peso inicial y los efectos adversos reportados son gastrointestinales, leves y transitorios», destacó Katz, a lo que Cormillot agregó: «Nuestro cerebro está diseñado evolutivamente para defenderse de la carencia, pero no de la abundancia. Y muchas personas, ante la sobreoferta de alimentos, se exceden en la ingesta. En una persona delgada, se produce un equilibrio entre la grasa que se ingiere y el requerimiento del cerebro, manteniéndose lo que se denomina neuroplasticidad cerebral». «En un individuo que ingiere demasiadas grasas, sal y azúcares, ese equilibrio que está regulado por una hormona llamada leptina se rompe y el cerebro pierde la función de poner un límite -ahondó el médico-. El sistema de alimentación que tenemos hoy en día contribuye a que se rompa ese sistema. Sólo por dar un ejemplo, según las cifras de la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, cada año en promedio ingresan a la categoría de sobrepeso u obesidad más de 500 mil mayores de 18 años».
Acerca de liraglutida
Liraglutida 3 mg es un análogo del péptido-1 que tiene un 97% de similitud con el glucagón (GLP-1) humano, una hormona que el cuerpo libera en respuesta a la ingesta de alimentos.
Al igual que el GLP-1 humano, regula la saciedad y genera un descenso de peso ante una disminución en la ingesta de calorías.
La seguridad y tolerabilidad de liraglutida 3 mg está avalada por investigaciones que involucraron a más de 5 mil pacientes. Entre los efectos secundarios más comunes reportados, se presentaron náuseas, diarrea, estreñimiento y vómitos. Sin embargo, la mayoría de estos efectos fueron transitorios y desaparecieron después de los primeros días de uso del medicamento.
La prescripción de liraglutida 3 mg debe ser realizada por un médico especialista y se debe contar con un seguimiento continuo del paciente. Siempre debe asociarse a un plan de alimentación y un aumento de la actividad física. El tratamiento, de acuerdo a la indicación médica, incluye la aplicación subcutánea una vez al día -en el brazo, abdomen o muslo- de una dosis de la medicación mediante un dispositivo prellenado con forma similar a la de una lapicera.
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