Experimento en uruguayos: ¿cuánto influyen las etiquetas en la decisión de compra?
Un estudio, realizado a casi 800 usuarios uruguayos de Facebook, demostró el peso positivo de las advertencias en la percepción de salubridad de los productos que se adquieren en el supermercado
En la obra Pensar rápido, pensar despacio del psicólogo y Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman, se describen dos modos de pensar:
- el sistema 1, rápido, instintivo y emocional; y
- el sistema 2, lento, deliberativo y lógico.
En el primer sistema pensamos bajo la ley del mínimo esfuerzo, nuestro cerebro hace atajos denominados «heurísticos» para simplificar la solución de problemas. Por ejemplo, a la hora de elegir nuestros productos en un supermercado, la toma de decisiones se basan en heurísticos: nuestro cerebro hace el atajo de captar señales muy simples (como el color del envase o las imágenes de la etiqueta) para evitar leer todos los ingredientes o la composición nutricional que contiene el producto a la hora de escoger uno.
De este fenómeno la industria no sólo es consciente, sino que se aprovecha de ello para explotar el potencial de venta de sus productos.
En el marco de un proyecto del Núcleo Interdisciplinario «Alimentación y Bienestar» de la Universidad de la República, las estudiantes de psicología Gabriela Devia y Stefani Forli llevaron a cabo una investigación que evidencia precisamente este fenómeno. El estudio, titulado Referencias a alimentos caseros y naturales en las etiquetas de productos ultraprocesados aumentan la percepción de salubridad y la intención de compra: Perspectivas para formulación de políticas y publicado en la revista científica Food Quality and Preference, estuvo basado en un experimento realizado a 790 usuarios uruguayos y uruguayas de Facebook, de entre 18 y 89 años, y de diversos niveles educativos y socioeconómicos.
Los participantes tuvieron que elegir entre dos productos en cuatro categorías de alimentos ultraprocesados: hamburguesas, galletas, sopa instantánea y natillas de leche de vainilla. Los dos productos entre los que debieron decidirse en cada categoría tenían un envasado muy parecido, pero contaban con algunas diferencias: uno de los productos tenía advertencias nutricionales, el otro tenía referencias a que se trataba de un producto «casero» o «natural».
¿Cuál de los dos productos escogerían los sujetos del experimento? ¿Cuál consideraban más saludable?
Los resultados revelaron que las advertencias nutricionales hacen que el consumidor perciba que el producto es «menos saludable» y, en consecuencia, desanima su elección,. A su vez, las referencias a producto «casero» o «natural» tuvieron un efecto positivo en la intención de compra y tendieron a fomentar la creencia de que los productos son saludables. En definitiva, esto prueba que las estrategias de marketing funcionan: nuestros cerebros se dejan llevar por señales simples como la palabra «natural» o por una advertencia nutricional a la hora de percibir si un producto es sano o no, en vez de por lo que realmente importa: sus ingredientes.
El estudio concluyó la necesidad de desarrollar una normativa de etiquetado más estricta para productos ultraprocesados, de forma que se evite transmisión de «información engañosa» a los consumidores.
«Al igual que pasó con el tabaco, lo que necesitamos son regulaciones para controlar y minimizar las estrategias que utiliza la industria», afirma a Cromo Gastón Ares, uno de los responsables del Núcleo Interdisciplinario «Alimentación y Bienestar».
Actualmente existen diversas estrategias implementadas en casos muy puntuales: desde la subida de impuestos hasta la inclusión de advertencias en el etiquetado, pasando por restricciones de marketing (por ejemplo, prohibir la publicidad en determinados espacios o dirigidos a determinados públicos). Chile es «el país líder en el mundo» en materia de regulación, cuenta. Uruguay, por su parte, se encuentra en un «punto intermedio».
Afirma Ares que lo que se necesita también es un «cambio en las normas sociales», la forma en la que los consumidores asocian determinados productos.
Cuenta, por ejemplo, que hace muchos años fumar era algo que estaba bien visto (se hacía en cualquier lugar, generaba la idea de determinado estatus…), pero que esto fue cambiando a partir de introducir determinadas regulaciones que «permitieron contener los efectos de las estrategias de marketing, y que lograron hacerte asociar un producto con los problemas de salud». Si bien hay que salvar las distancias entre tabaco y productos ultraprocesados, estos productos tienen efectos en la salud que a nivel mundial actualmente son «más graves que los efectos que tiene el tabaco», declara Ares.
Fuente: https://www.elobservador.com.uy/ «Cromo»
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